Cuando la gran depresión gringa llevaba apenas tres años, y la mayoría de la población salvadoreña, pero especialmente la mestiza e indígena, tenía ya 4 siglos de crisis y de “crashes” económicos, un grupo de valientes hombres, liderados por el cacique Feliciano Ama, oriundo del heroico pueblo de Izalco, dieron el colosal paso vanguardista, al iniciar la conocida “insurrección del 32” .
Asesorados por el Partido Comunista Salvadoreño, con Farabundo Martí a la cabeza, e inspirados por Anastasio Aquino y el insurrecto Volcán de Izalco, los hombres de Feliciano Ama, la tarde del 22 de enero, dijeron basta a siglos de explotación, al rebelarse contra gobierno y terratenientes. Los sublevados, armados apenas con machetes y garrotes, se tomaron los principales cuarteles de la Guardia Nacional y Policía, ubicados en Izalco, Juayúa, Nahuizalco y Sonsonate.
La justa rebelión de la gleba salvadoreña, obedecía a la estrepitosa decadencia de las condiciones de vida, a las elecciones que los progresistas meses antes habían ganado y luego arrebatadas, y a la negativa del sátrapa, Maximiliano Hernández Martínez , de devolverles la tierra agrícola ejido-(medio)usufructuada, de la cual varios años antes habían sido despojados por un séquito de esbirros latifundistas del gobierno. (Para 1932 un animal de balanza su coste era de más valor que un trabajador indígena, porque la demanda era alta y su valor comercial dejaba mejores dividendos.)
Los insurrectos, nunca se dieron cuenta que habían conquistado el poder, y a los pocos días fueron derrotados y sus líderes capturados y posteriormente ejecutados. José Feliciano Ama, primero fue linchado y luego ahorcado en la plaza central del pueblo que lo vio nacer.
En represalia, y luego de ejecutar a nuestros verdaderos próceres, el gobierno salvadoreño dio la orden militar de desaparecer a todo sospechoso pero principalmente si tenía fuerte rasgos indígenas y portaba machete, si era de habla náhuatl, si era mayor de 18 años, y residente de la zona occidental y parte de la para central de El Pulgarcito americano.
Las cifras de los masacrados fueron más 35,000, aunque los medios de comunicación, vil mente mintieron (como sucede hoy con el “cuarto poder” contra el FMLN) al asegurar que los “descalzos terroristas" (titulo vilipendioso usado por la oligarquía, y los medios de comunicación adláteres del gobierno contra los rebelados) muertos, no superaban los mil.
La insurrección campesina del 32` aunque muchos no lo miren desde una óptica objetiva y desliguen a los comunistas de la sublevación, la historia misma y sus sobrevivientes lo siguen confirmando, la revuelta sí fue comunista.
Con este etnocidio, patrocinado por la oligarquía de entonces, cuyos descendientes continúan robando explotando al pueblo desde el partido ARENA, se perdió en un gran porcentaje nuestra identidad cultural y genética. Desde la insurrección, la población ladina e indígena abandonaron sus costumbres por miedo a ser acusados de participar en levantamiento, perdiendo el pueblo salvadoreño, un 95% de la lengua original, nuestra verdadera lengua.
A 76 años de la masacre, ningún gobierno ha pedido perdón y lejos de hacerlo, el partido en el gobierno actual, para mancillar nuestro atavismo, inicia su campaña proselitista en la ciudad de Izalco, epicentro del intento emancipador.
¡Feliciano Ama vive!
1 comentario:
Hola, gracias por tu comentario en mi blog, y a mi me alegra también que mis imágenes sirvan de algo. Respecto al link, hacia tu blog si hay un pronblema quizá del feed porque lo he borrado y vuelto a poner y siempre da error. Así que trataré de ponerlo de otra forma. Sañludos desde guanatoons®.
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