“Acurrucada y debajo de un palito de manzano, me quede escondida para que no me mataran los militares”, fue la triste versión que daba Rufina Amaya, la única sobreviviente de la masacre del Mozote, a los diferentes medios de comunicación que la entrevistaban años después del genocidio, perpetrado el 10 de diciembre de 1981 por unidades de élite del Batallón Atlacatl, en colaboración con la sanguinaria Tercera Brigada de Infantería.
La masacre, que fue planeada en el seno del alto mando del Ejército Salvadoreño en esas vísperas de navidad, y ejecutada por el carnicero, Coronel Domingo Monterrosa dejó un saldo de unas mil personas campesinas muertas; la mayoría eran niños menores de 12 años, ancianos y mujeres.
El operativo militar, que fue planificado conexo con militares gringos que asesoraban a la FAES con el pretexto de derrotar a los “comunistas” del FMLN, se desarrolló desde el 10 de ese mismo mes en la madrugada, y terminó dos días después, con la aniquilación de otras dos poblaciones más, cercanas al Cantón El Mozote.
Rufina Amaya, la única sobreviviente del Mozote, en los videos de Youtube que he dejado hasta abajo de este posteo, cuenta el macabro relato, que no deja de dar escalofríos cuando cuenta: “yo bien escuchaba hasta donde estaba escondida, los gritos de mis hijos, cuando los soldados hundían los machetes en sus pequeños cuerpos”.
El expresidente arenero, Felix Critiani, ahora en sub judice, por el encubrimiento del asesinato en 1989 de 6 sacerdotes jesuitas y otras dos personas más, hasta el último día de su mandato, negó que hubiera tal masacre. La Comisión de la Verdad de la ONU y el mundo entero, decían lo contrario.
La mayoría de los militares involucrados en el genocidio, todavía andan vivitos y coleando, como decimos en el argot salvadoreño, sin pagar sus culpas. Cristiani tras la firma de los acuerdos de paz, decretó la Ley de Amnistía, en la que se benefició el mismo, su Partido y todos los involucrados en casos similares.
Todos los gobiernos areneros de extrema derecha, cachorros de la Casa Blanca, siempre que se habla del tema, objetan que, “no es recomendable para la “democracia” del país reabrir viejas heridas”. La verdad es que, esas heridas nunca se han cerrado; los muertos continúan ahí amontonados por cientos.
Esta valiente mujer que, días más tarde fue rescatada por guerrilleros, falleció a raíz de un fallo cardiaco el 6 de marzo de 2007.
Valga este sencillo recordatorio de ese triste pasaje de nuestra historia, como homenaje a Rufina y a todos los inocentes muertos en la guerra civil, por la FAES y sus adláteres afincados hoy en ARENA.
Un abrazo.
P/D además les dejo abajo los enlaces para que vean la película, “Trampa para un Gato” que está basada en una buena parte en El Mozote y en la muerte de Domingo Monterrosa a manos del ERP.
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