Este magnifico poema de Mario Benedetti me hace reflexionar en la paradoja del concepto Dios. Por un lado Dios es parido desde las entrañas mismas de nuestra incapacidad de resolver el misterio de nuestra existencia y es ocupado como el artificio universal para vencer la muerte.
Pero a pesar de que ha salido de nuestro propio ser, nos pasamos el tiempo deshumanizándolo, decimos que es algo que existe por si mismo, formado de un absoluto simple espíritu, infinitamente perfecto y omnipotente, creador de todo lo tangible y lo intangible, etc.
Que pasaría si como dice el poeta lo humanizáramos más... Lo amaramos, en vez de temerle. ¿Fuéramos de una más cercana imagen y semejanza? ¿Estuviéramos más cerca de las puertas del cielo? ...
No se sabe a ciencia cierta si Dios es una mujer…pero de lo que si estoy seguro es que es una mujer, el puente que nos lleva al paraíso…
Tomado del blog amigo http://lahoraextendida.blogspot.com/
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