17/11/08

SOEZ DE LA CALLE.



El poema que les presento a continuación del gran Roque Dalton, lo traigo a cuenta debido a la estrecha similitud entre el fallecido misógino monseñor Francisco José Castro Ramírez y el opusdiano arzobispo de san Salvador, Fernando Saénz Lacalle.

El ultraderechista Saenz Lacalle, ayer en una conferencia de prensa dijo que se mostraba totalmente en contra de la querella puesta contra el ex presidente arenero Félix Cristiani.

El muy cabrón, (a los católicos les pido de antemano mil disculpas, pero es que no encuentro manera para tratar a un individuo como este) argumentó que, la demanda judicial presentada ante la Audiencia Nacional española, no ayudaría a la reconciliación interna. Además también dijo que estaba muy seguro que Cristiani no tenía nada que ver con la barbarie cometida en la UCA, el 16 de noviembre de 1989. ¿cómo lo sabe?

Amigos quiero recordarles que este tipejo, que puso ARENA de arzobispo luego de asesinar a San Romero, es el mismo que apoyó la invasión de Irak y que defendió el envió de nuestras tropas a ese país.

Pues a este defensor a ultranza de los ricos, le dedico este buen poema, aunque también es fácilmente adaptable a otros personajes como Flavián Mucci y el Hermano Tobi, ya que son igual de deleznables.


ALGUNAS DE LAS PRIMERAS...
Algunas de las primeras proposiciones para el epitafio de su excelencia reverendísimo monseñor Francisco José Castro y Ramírez, Obispo titular de la ciudad de Santiago de María (QDDG) y más conocido por el pueblo (a quién el llamaba “Chusma”) con el sobrenombre por cierto rotundo de “sepulcro blanqueado”.


1. “De pocos hombres se puede decir que siguen siendo después de muertos, exactamente lo que fueron en vida.”

2. “Toda una forma de ser de la Iglesia murió con él. Pues si hoy, por los cambios litúrgicos y de mentalidad, la Iglesia se define como una institución de cara al pueblo (exactamente como el sacerdote, en la nueva misa) Monseñor Castro Ramírez fue la encarnación prototípica (o sea, nada simbólica) de una Iglesia de culo al pueblo...”

3. “Aquí yace quien, honrando la tradición familiar, tuvo más que una vida recta, una vida rectal...”

4. “Cuando enterraron a Cristo, era un costal de huesos por las hambreadas y los malos tratos que sufrió. El cadáver de Camilo Torres no echó casi sangre por los hoyos de los balazos ya que estaba anémico y todo tirisiento por los rigores de la vida guerrillera. Caminante que has llegado hasta este cementerio: Podrá alguien relacionar sus nombres con los del colorado panzón que aquí yace, fulminado por la gula por la vía del corazón?”

5. “Fue el último verdadero príncipe de le Iglesia en El Salvador. Menos mal que le sobreviven algunos Bonapartitos, algunos Mussolinitos, algunos Hitlercitos, y algunos Cheles Medranos en la Iglesia en El Salvador”.

6. “Si San Pedro fue la piedra de fundación eclesial de Dios y Santa Teresa la poesía de Dios y Fray Martín de Porres la escobita de Dios, Monseñor Castro y Ramírez, a juzgar por el tono de sus discursos, fue un pedo malhumorado de Dios”.
(Roque Dalton)

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