10/5/13

Carta a Roque Dalton.



Por Txanba Payés, poeta vasco-salvadoreño.

¡Aupi! Roque... a 38 años de tu asesinato quería contarte muchas cosas de las que han pasado en El Salvador, de las que siguen pasando en ese pequeño país que algunos llamamos, con cariño, pulgarcito de América.
Quería contarte cosas nuestras. Cosas de guanacos, de salvadoreños que ahora vivimos de la contemplación clandestina y del exilio. Sin embargo, no me sale nada, sólo me salen estas diáfanas palabras para contarte con ellas mis broncas personales y colectivas. Para decirte a vos que a medida que pasan los años estas más vivo, más presente en nuestras cotidianas vidas. Que los valores por los que vos luchaste tienen más razón de ser. A pesar de que la realidad demuestre todo lo contrario, ya no sólo a los salvadoreños sino a todo el mundo. Los gringos siguen jodiendo a todo dios, antes eran vietnamitas, hoy asesinan a iraquíes, afganos, etc.
Te descubrí con un pequeño libro que decía algo de Mía junto a los pájaros y con La Ventana en el rostro no entendí porque el cristal me pegaba en la nariz. Con El Mar me fui huyendo para sacrificar los peces que buscaban mis manos. Te leí en El turno del ofendido en Los Testimonios, Poemas, Taberna y otros lugares y en Los pequeños Infiernos me entregué a la concupiscencia manual y a las posturas acrobáticas del amor. Me rompí las neuronas con El intelectual y la sociedad, y me exorcice con Revolución en la revolución y la crítica de la derecha. Aprendí a leer la historia de los obreros y campesinos salvadoreños con tu Miguel Mármol y los sucesos de 1932 en El Salvador, y Las historias prohibidas del Pulgarcito, me mostraste la otra cara de la moneda de nuestra historia. Mientras que con tu novela me esforcé por no convertirme en un Pobrecito Poeta que era yo. Mientras acariciaba el néctar bicéfalo de Los Hongos, volví a leer Un libro levemente odioso, y con el tiempo Contra ataque para salir corriendo del pulgarcito de América y exiliarme a escribir mis tonterías que nadie lee.
Casi todos tus libros tienen algo de culpa de ser lo que soy, un escribiente de groserías literarias malsonantes. Tus versos fueron los que me invitaron a plasmar en el papel los míos. Aunque viviera de los cristales rotos y me comiera unas cuántas iguanas en la calles de San Salvador, siempre tenía algún poema tuyo rondando mi memoria. También tus versos fueron los que me iniciaron en el dialéctico camino de las tormentas clandestinas y guerrilleras.
Con tus poemas hice canciones, las canté –y las canto- en los sitios que me invitan. Antes de cantar tus poemas... explico porque la música se insinúa así, dicho de otra manera, porque suena así, y porque tiene ese sentimiento, ya que tus poemas son cabales expresiones del pueblo salvadoreño, y, además tus versos, denuncian. Aunque te confieso que canto tus versos para romperle el culo a Villalobos. Es mi manera de decirle que vos estás en la historia y que él no. A él se le recodará –se le recuerda- como el hombrecillo pueril que se lanzo a los brazos de los gringos y de la burguesía salvadoreña. Son ellos los que le financian, le pagan por vociferar a los cuatro vientos las mentiras que le dictan los dólares, y con eso, desacreditar la lucha por la que vos viviste y escribiste.
Sus palabras hoy suenan más a mentira. Hoy Joaquín Villalobos tiene la voz y la semblanza de un asesino, tu asesino. Hoy anda jugando a ser amigo de ellos. Muchos salvadoreños creemos que siempre lo fue, un pequeño burgués y revolucionario de cafetín, nunca se olvida de donde viene. Vamos, que es por lo que a vos te acusaron y te asesinaron tus propios compañeros el 10 de mayo de 1975 de que eras de la CIA. Sin embargo, y pasado el tiempo, él, Joaquín Villalobos es el que recibe las bien alabanzas de los gringos y de la oligarquía salvadoreña. Por fin dijo donde escondieron tu cadáver, por fin. Curiosamente dejaron tu cuerpo en el playón, que es el mismo sitio donde los escuadrones de la muerte, dejaban a todos los que ellos torturaban y asesinaban.
Han pasado ya, 38 años de tu muerte, y como dice tu amigo Eduardo Galeano siguen abiertas las venas de América latina. Aunque en el Sur la realidad está demostrando que esas venas se pueden ir cerrando de a poquito a poco. En tu memoria te escribo esta carta, para quien quiera te la lleve y vos nos digas de donde estés que Oh, amigos,/ es duro ver matando a los que descansan en paz,/ es más grave que quedarse solo/ sabiendo que uno no sirve ni para que lo maten! 


El Salvador será un lindo y (sin exagerar) serio país. Roque Dalton.

El aniversario ha sido actualizado con el permiso del autor. Para ver el original, pincha aquí: http://txanbapayes.blogspot.com.es/2007_05_01_archive.html
 

10/10/12

¿Encuentro de dos culturas? ¿Descubrimiento de América?¿Día de la raza o hispanidad? o ¿Día del genocidio americano?




Son varios los eufemismos con los que se suele llamar al 12 de octubre, lo cierto es que los vencedores jamás han permitido que los vencidos le pongamos nombre al día del inicio del mayor genocidio jamás visto en la historia de la humanidad. Los libros de historia nos dicen que ni aun cuando cayó finalmente el Imperio Romano de Oriente (Imperio Bizantino) luego de XV siglos de dominio, se pudieron contar tantos asesinatos como los que dejó el imperio católico-español en suelo americano, en tan solo doscientos años.

Eduardo Galeano, en Memorias del Fuego (I, II y III) y en Las Venas Abiertas de América Latina, cuenta, y en algunos casos con detalle, que para 1492 (año de la invasión) de casi 90 millones de americanos que habitaban buena parte del continente solo quedaron unos 4 millones, dos siglos después. Cruz y espada en mano, y en el nombre del dios hebreo, saquearon, desaparecieron ciudades culturales, destruyeron más de un 50% del medio ambiente, contaminaron ríos y lagos, violaron niñas y niños, en fin, aniquilaron con lujo de barbarie a más de un 90% de la población nativa.

Algunos años después de la llegada de los hombres de lengua castellana, piel blanca y negras barbas a las islas del Caribe, los hombres de lengua inglesa y de barbas rubias terminaron de hacer lo suyo en la parte norte del continente. Protestantes y católicos descuartizaron sin piedad a diestra y siniestra, y cuando faltó la mano de obra, no dudaron en ir a secuestrar adolescentes africanos para repoblar sitios como el Caribe, donde prácticamente desaparecieron a su población original.

A nosotros los vencidos ninguna frase de las que encabezan este artículo nos gusta. “Día de la raza”, es absurdo porque, raza solo hay una, y es la humana; “Encuentro de dos culturas” tampoco, porque los vencidos somos quienes fuimos al encuentro, ellos, los europeos, fueron al choque; y “Descubrimiento de América” suena aun más tonto, porque ¿acaso no habían habitantes antes de la invasión, o es que estos no tenían ojos para ver lo que allí teníamos? Para los pueblos un término que puede sonar más lógico quizá podría ser: “12 de octubre, el día maldito” o “Día del genocidio”.

Para los latinoamericanos es un insulto que el día más triste de nuestra historia, se vea desfilar por las principales calles de Madrid a los militares españoles acompañados de aviones y tanques alardeando de su Orgullo NAZIonal. En el desfile ondula la bandera imperial española, la misma que usan los seguidores franquistas del Real Madrid y es la misma que usa el fascista Partido Popular en sus mítines. Es toda una apología del terrorismo.
Los latinoamericanos que hemos venido a recuperar a España una ínfima parte de los que nos han expoliado, exigimos al actual gobierno que así como ha considerado algunas frases como “enaltecimiento” del terrorismo, que el “Viva España” y el “Viva Franco” sean igualmente castigadas.

El saqueo español no ha terminado, hoy no desembarcan en carabelas (“calaberas”), sino en modernos y lujosos aviones las multinacionales (Repsol, BBVA, Telefónica, Zara, Telepizza, R. Madrid, Santander, Iberdrola, Unión Fenosa, etc.) capitaneadas por el poder político y apoyadas por sus similares empresas de USA y resto de la Unión Europea. Sus objetivos son los mismos: el saqueo, solo que en vez de espejitos ahora nos dan fútbol, pizzas, y móviles.

Este neoliberalismo español cuando ve amenazada una mínima parte de sus exorbitantes ganancias, por gobiernos que tratan de recuperar sus recursos y devolvérselos al pueblo, se auxilia de sus secuaces gringos para cargárselos (Honduras y Paraguay recientemente) y a los que logran resistir, (Venezuela, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Bolivia) los desacreditan por medio de sus poderosos MIEdos de comunicación, acusándolos, cuando menos, de dictaduras terroristas.

Cuando menciono “europeos vencedores” en este artículo quiero explicar que excluyo a l@s ciudadanos vascos, españoles, ingleses, portugueses, etc., de a pie, que al igual que sus antepasados empobrecidos no tuvieron absolutamente nada que ver con el etnocidio americano.

Desde esta trinchera, aprovecho, antes de despedirme, para dar las agracias en nombre de todas las víctimas americanas a l@s internacionalistas vascos y españoles de buena fe que han ayudado los procesos de liberación en Américalatina, en especial a dos personas que siempre pasan desapercibidas por la historia oficial: Manuel (el cura) Pérez, fallecido en la selva colombiana y Begoña García, caída en combate en las montañas de El Salvador.

Tony Segovia.

10/5/12

¡¡Roque Dalton vive!!



Este 10 de mayo se cumplen 37 años de haber saltado a la inmortalidad el poeta más importante de El Salvador, Roque Dalton. Eternos Indocumentados, estando inspirado en su amplio legado, no podía quedarse atrás en su recuerdo. Humildemente hemos dedicado una pequeña biografía de nuestro insigne compañero.

Roque Dalton García, nació el 14 de mayo de 1935 en San Salvador, tres años después de la insurrección campesina que había dejado como saldo más de 35,000 indígenas y obreros muertos, entre ellos Farabundo Martí.

Sus padres fueron, el millonario estadounidense Winal Agustin Dalton y la humilde enfermera, María García Medrano. Según lo refirió Huezo Mixco, en unos de sus libros, (está también en los 3 tomos de D.P.I., de donde he sacado buena parte de la información) aquella improbable relación entre dos personas provenientes de dos mundos económicamente tan dispares, ocurrió fortuitamente, cuando Mr. Dalton fue internado por heridas en el Hospital Rosales; María las curó, el millonario la cortejó y de esa unión nació, (como muy bien dice el escritor valenciano, Enrique Falcón) el mejor poeta revolucionario de la historia centroamericana.

Dalton estudió en los mejores colegios católicos de la capital salvadoreña, ayudado, a ratos, económicamente por su padre y por los malabares económicos de su madre. Cuando el poeta cursaba los primeros años de escuela, ya destacaba como alumno sobresaliente, ganándose así la simpatía de los jesuitas que dirigían los colegios por los que pasaba.
En esos mismos años, y cuando la segunda guerra mundial terminaba, en El Salvador el escenario cultural y literario, a consecuencia de los años de represión militarista se iba transformando, pasando desde un simple antifascismo, hasta el marxismo. De todo esto, el protagonista de esta biografía nunca pasó inadvertido. 
A principios de 1950, nace la generación comprometida, en la que Dalton  años más tarde formaría parte, con un núcleo de escritores bastante nutrido, entre los que destacaban Álvaro Menéndez Leal, Ítalo López Vallecillos y Waldo Chávez Velasco. En 1953, cuando ya llevaba algunos años escribiendo poesía, recibe su primer reconocimiento público, de parte de su profesor de literatura, el jesuita, Alfonso de María Landarech.
En marzo de ese mismo año, termina su bachillerato y se plantea viajar a Chile para estudiar abogacía, pero no cuenta con recursos económicos suficientes. Debido a su notoria capacidad intelectual, los sacerdotes jesuitas deciden becarlo en la Universidad Católica de la misma congregación. Poco tiempo pasaría allí, ya que seis meses después decide cambiarse a la universidad estatal, lugar donde desarrollaría sus aptitudes intelectuales y políticas.

Para esos meses de estudiante en Suramérica y colaborando para la revista de su universidad, intenta entrevistar al famoso muralista mexicano, Diego Rivera. En Radio Habana, años más tarde, contaría Dalton que antes de la entrevista, Rivera le preguntó por su edad y por sus conocimientos marxistas; Dalton había respondido que tenía 18 años y nunca había leído a Carlos Marx. El mexicano, furioso le echó del salón donde se desarrollaría la entrevista, diciéndole: “llevas 18 años siendo un imbécil”. Este golpe moral, marcaría el resto de su vida y lo obligaría a estudiar a fondo los libros del filósofo y economista alemán. (Merece la pena mencionar, que Dalton hasta el último día de su vida, se consideró marxista-leninista)
Un año más tarde, “el unicornio azul” regresa al “pulgarcito” y continúa sus estudios en la Universidad Nacional, destacando como periodista, y como uno de los intelectuales jóvenes más importantes del país. Roque ya resultaba incomodo para gobierno y oligarcas. En esas fechas le nace la fama de poeta comprometido con la Izquierda radical.
En 1957, a base de su corta pero reconocida trayectoria literaria, en la “U” le patrocinan un viaje a Moscú para que represente al estudiantado universitario salvadoreño, en el Sexto Congreso Mundial de la juventud; es allí donde conoce y traba amistad con intelectuales de la altura del turco Nazim Hikmet, Miguel Ángel Asturias, (de quien luego se enemista), Carlos Fonseca, (fundador del Frente Sandinista) y Juan Gelman. Ese mismo año se afilia al Partido Comunista Salvadoreño, PCS.

En san Salvador, el 15 de diciembre de 1959, con 24 años de edad, es apresado por primera vez, luego de haber abucheado, como líder estudiantil, un desfile militar que conmemoraba el Golpe de Estado de 1948. Cobró su libertad el 7 de enero de 1960.
Meses después de su primera captura, contrae nupcias con su amiga de infancia Aida Cañas, con quien además procrea tres hijos: Roque Antonio, Juan José y Jorge. El primero, Roquito, caería combatiendo como guerrillero del FMLN, en las míticas montañas de Chalatenango en 1981. Los otros dos se dedican al periodismo y al cine respectivamente.

Ese mismo año el gobierno salvadoreño, presidido por el coronel Lemus, arrecia su represión militar contra sindicatos y estudiantes, Dalton al verse amenazado se esconde, pero el 13 de octubre es descubierto y recapturado por la Policía Nacional. Los estudiantes, familiares y amigos presionan al gobierno para que lo liberen, pero Lemus niega tenerlo. El déspota finalmente acepta que se encuentra en las bartolinas de la capital a espera de sentencia; se le imputan los cargos de rebelión y sedición.

Antes de diciembre, con otro Golpe de Estado cae el gobierno, y Dalton recupera su libertad. Pocos meses más tarde y El Salvador con nuevo dictador, este es expulsado del país, y se refugia en México. Años más tarde, un oficial de alto rango de la policía, comunicaría que Roque en prisión había sido condenado a la Pena de Muerte.

Estando en México, se inscribe en la Universidad Autónoma, UNAM, en la carrera de antropología, en la cual llega a conocer profundamente la cultura mesoamericana. En su estancia en México publica su primer libro profesional, La Ventana en el Rostro. En este país conoce al escritor Eraclio Zepeda, con quien llega a tener una gran amistad.

Meses después viaja a Cuba como representante político del PCS. Seducido por la revolución cubana, decide trasladar su domicilio al país caribeño, y al  poco tiempo comienza su relación con Casa de las Américas. Es en esta sede cultural donde publica El Turno del Ofendido, del cual recibe una importante mención honorífica.

Con el apoyo de Cuba en 1964, y bajo los lineamientos del PCS, regresa clandestinamente a El Salvador para participar en la organización de la lucha armada, pero la vida bohemia de Roque, mas la ayuda de la C.I.A. al gobierno salvadoreño,
facilita su recaptura, y es trasladado al centro penitenciario de Cojutepeque, donde pasa dos meses recluido. A raíz de un fuerte seísmo que derriba los muros de la prisión, Dalton se fuga.

Luego de pasar un corto tiempo por Guatemala y México, en 1965 finalmente regresa a Cuba.


Después de haber realizado algunos viajes por Europa, como representante del PCS, decide radicarse con su familia en Praga. En la capital checoslovaca le suceden dos cosas relevantes: conoce al popular comunista Regis Debray y entrevista al luchador social salvadoreño, el dirigente obrero-campesino, Miguel Mármol, quien milagrosamente se había salvado del pelotón de fusilamiento en el etnocidio de 1932, y que en e
sa época se encontraba de viaje por el centro de Europa.

En Praga termina, según la crítica literaria, su mejor obra: Taberna y Otros Lugares (Premio Casa de las Américas).

El 1968, Dalton, que veía para esos años la lucha armada como única solución al conflicto salvadoreño, cuestiona duramente la posición burguesa y quietista de los líderes del PCS. Mese
s después solicita su exclusión del Partido y vuelve con su familia a Cuba.

Ese mismo año entrevista al poeta nicaragüense Ernesto Cardenal, y rompe, además, su relación con Casa de las Américas (1970). Al dejar la institución, pasa a trabajar para la Agencia de Prensa Latina; estando en la APL, en 1972, viaja por Francia, Vietnam, Corea del norte y Chile. En su llegada a París, conoce al insigne marxista, Salvador Cayetano Carpio, conocido como comandante Marcial, ex secreta
rio general del PCS y máximo fundador de las Fuerzas Populares de Liberación FPL, “Farabundo Martí”. Las FPL habían nacido del seno del PCS, y su ideología era de corte, marxista leninista.

El poeta revolucionario, para esas fechas, ya buscaba incorporarse a la lucha guerrillera latinoamericana, de hecho al comandante Marcial le solicita ingresar a las FPL, pero este le recomienda que sería más útil como propagandista marxista, que combatiente militar. Días después a la entrevista con Marcial,  por medio del gobierno cubano, se reúne con el comandante Sebastián, (Alejandro Rivas Mira) miembro fundador del entonces naciente grupo guerrillero salvadoreño de ideología “socialdemócrata”, Ejército Revolucionario del Pueblo ERP. Cuba estaba ya apoyando esta organización, pero necesitaba un enlace de confianza. El enlace sería pues, Roque Dalton.

En la navidad de 1973, regresa de nuevo clandestinamente a El Salvador, para incorporarse al ERP, como asesor en materia de comunicación político-militar, bajo el seudónimo de Julio Delfos Marín o Julio Dreyfus. Su rostro ya no era el mismo, había sufrido un cambio de imagen; se había sometido a una cirugía plástica, practicada por el equipo médico que preparó el ingreso del Che Guevara a Bolivia.

A casi un año de haber iniciado su labor como asesor y propagandista del grupo guerrillero, junto a la combatiente Lil Milagro y Armando Arteaga, es secuestrado por sus mismos “compañeros”. Fueron acusados de conspiración y subordinación. Lil, compañera sentimental del poeta, quedó en libertad, pero días después, desertó de la organización y se refugió en la Resistencia Nacional (RN). Dalton  y Arteaga continuaron secuestrados más de un mes. 
El 5 de mayo los enjuiciaron y les imputaron otro cargo: colaborar con la CIA. En este improvisado y absurdo juicio fueron sentenciados ambos al fusilamiento, cuya ejecución sucedió la mañana del 10 de mayo de 1975.
Sus captores, luego de asesinarlos abandonaron sus cadáveres en el lugar conocido como El Playón, al sur de la capital salvadoreña. Los restos de Roque y Arteaga nunca se encontraron, ya que fueron devorados por perros y aves de rapiña. Los asesinos de Dalton, que en un principio se consideraban ideológicamente “socialdemócratas” son los pérfidos ex comandantes, Joaquín Villalobos, Alejandro Rivas Mira, Jorge Meléndez, Eduardo Sancho, y Vladimir Rogel. Los tres primeros, decidieron la ejecución. Villalobos y Meléndez, públicamente han confesado el hecho.
Atilio, seudónimo de Villalobos, en 1993 concedió una entrevista a cerca del asesinato a Juan José Dalton, que fue publicada en el periódico Excélsior de México. En esta entrevista aunque reconoció que el crimen fue “un error de juventud” no mostró arrepentimiento ni mucho menos pidió disculpas a sus familiares. Atilio, “paradójicamente”, quien acusó a Dalton de colaborar para la C.I.A., hace unos años atrás trabajó en México como asesor militar de Vicente Fox, en la lucha contra los zapatistas; además ha colaborado con el gobierno ultraderechista de Uribe en la “derrota” de las FARC. Ahora suelen contratarlo como “analista político” diferentes medios de comunicación, desde donde ferozmente ataca a gobernantes de Izquierda  como Chávez, Evo, Castro y Correa.
Jorge Meléndez, (Comandante Jonás) se desempeña actualmente el cargo de Director de Protección Civil, en el neoliberal “Gobierno de Unidad” Nacional, que integran los amigos de Mauricio Funes y el actual FMLN. Jorge quien no niega haber participado en la ejecución, ha dicho que el caso Dalton, no lo recuerda como un asesinato sino como “un proceso político”.
A 37 años de la desaparición física de Roque, sus asesinos aún no pagan por el crimen. Desde este humilde blog, seguiremos denunciándo, hasta que se haga justicia.

CUANDO SEPAS QUE HE MUERTO, NO PRONUNCIES MI NOMBRE
PORQUE SE DETENDRÍA LA MUERTE Y EL REPOSO (R.DALTON)

17/1/12

Eduardo Galeano comenta de Roque Dalton y Hugo Chávez.


(Video) Eduardo Galeano ayer en la entrevista: “el caso de Roque Dalton es un escándalo. Roque fue asesinado por ser como era: un tipo con un evidente, notorio sentido del humor y del amor. Muy jodón, muy divertido, y absolutamente incapaz de obediencia. Y fue asesinado por algunos de sus compañeros de la guerrilla de El Salvador, que para mi son criminales, porque yo creo que son igual de criminales, tan criminales los revolucionarios que matan para castigar la discrepancia, como los militares que matan para perpetuar la injusticia”.

Habana, 16 enero de 2012.

21/12/11

El impago de impuestos de la oligarquía, “los mercados” y los gobiernos de Izquierda


Hay que ser suficientemente estúpido para creer que todas las grandes empresas, nacionales y transnacionales, todos estos años no han tenido más que pérdidas en El Salvador. Si solo pérdidas hubiesen tenido, hace mucho tiempo se hubieran largado del país. Ni que fueran tan solidarias para mantener sus negocios por pura caridad a los salvadoreños.

El pueblo tiene que despertar cuanto antes, y darse cuenta que estas negreras empresas están hundiendo al país en la miseria, y por ende en la violencia.

Tenemos que exigirle al actual gobierno que si estas empresas declaran solo pérdidas que las nacionalice cuanto antes. Ya verán cómo reaccionan.

La ANEP (ARENA, PCN, GANA y PDC) y su séquito de empresas que la conforman, han hecho todo lo que han querido en nuestra tierra, se han servido con la cuchara más grande y no le han dejado nada al pueblo, y todo esto con el beneplácito de la mayoría de gobiernos capitalistas y neoliberales que hemos tenido. Ah…está claro que como casi todos los gobiernos han formado parte de la oligarquía nacional, no se habían atrevido a hacer una justa reforma fiscal, porque sabían que se joderían ellos mismos. ¡Ni que fueran tan pendejos!.

Ahora Funes ha hecho una pequeña reforma fiscal, pero muy a su estilo “socialdemócrata”: descafeinada, que no ahonda en la raíz del problema y representa para los tiranos de la Derecha mercantilista, un mero cambio cosmético.

Pero, hermano pueblo salvadoreño, tenemos que hacer que estas ratas pregoneras del mal llamado “libre mercado” paguen lo que deben, a partir (por lo menos) de 1980.

¿Cómo está eso que el salvadoreño “común y corriente” paga hasta un 8% en concepto de impuestos, y el gran empresario, amparándose en sus corruptos contadores, que les chabelean los Balances y estados de Resultados, no llegan a pagar ni el 1%?

Si estos remalditos, (quita-presidentes) pagaran lo justo, las arcas del Estado tuvieran el dinero necesario para invertirlo en obras sociales (hospitales, escuelas, vivienda, seguridad etc) El Salvador con una buena recaudación fiscal transformada en inversión social, estuviera mejor que Argentina o cualquier país de la UE, solo que sin deudas, porque no fueran necesarios los empréstitos del FMI, BID y BM, que el presidente Funes, sale corriendo a solicitar a cada momento.

Estos poderosísimos y sanguinarios Bancos internacionales que rigen las normas del mundo, son los que presionan en casi todo el planeta a los pueblos para que no elijan gobernantes de Izquierdas, porque saben que los zurdos han llegado a hacer pagar a sus respectivas oligarquías, prescindiendo totalmente de las susodichas entidades financieras, tal es el caso de Venezuela y Ecuador.

La verdad es que esos bancos, o mejor dicho “los mercados”, tienen razón de odiar a Chávez, Correa, Castro y Evo, por no obedecer sus venenosas recetas económicas. Asimismo se llenarán de júbilo con tener en el poder a presidentes genuflexos como el salvadoreño.

Estos mercados, (cuyos accionistas son también propietarios de los más grandes medios de comunicación a nivel mundial) a lo largo de la historia han quitado presidentes en toda Latinoamérica y Europa cuando sus súbditos gobiernos no les obedecen, (recientemente en Grecia, y hace dos años en Honduras) y desprestigian en poderosas campañas mediáticas a aquellos gobernantes considerados rebeldes.

En El Salvador la cadena de préstamos funciona de la siguiente forma: FMI (BID o BM) -BCIE-BMI-y de aquí se distribuye dinero a todos los bancos y cooperativas de “segundo o tercer piso”, para que nuestro pueblo, debido sus graves necesidades, termine hipotecando su alma y la de su generación por los siglos de los siglos…

Es ahora en estos tiempos de moderada democracia cuando obligadamente el Partido que coronó a Funes en el poder, salga con el pueblo a la calle a decirle al gobierno “Basta ya de más préstamos internacionales, que paguen los grandes”.

Tony Segovia.