Por Carlos Henríquez Consalvi, Santiago
Conocí a Paco Cutumay en las montañas de Morazán, cuando él recién había decidido incorporarse a la lucha en el Frente Nor-Oriental Francisco Sánchez, luego de su experiencia con el grupo Cutumay Camones.
Durante los años que compartimos en esa zona de Morazán, siempre mantuvimos una amistad entrañable, una relación muy cercana, Paco trabajaba en las estructuras de prensa y propaganda que casi siempre tenían una ubicación próxima al campamento de la Radio Venceremos.
Fueron muchas las noches de tertulias, en las cocinas guerrilleras, haciendo café y escuchando a Paco sus historias fantásticas, sus bromas, o sus opiniones sobre el rumbo de la guerra.
Fui testigo del trabajo persistente, comprometido de Paco en las responsabilidades que él tenia a su cargo, como era la producción de pequeños folletos, realización de materiales didácticos para ser repartidos en las estructuras, dibujos, pequeños afiches que servían para la concienciación de la población y de los jóvenes en las zonas periféricas al frente de guerra.
Conocí a Paco Cutumay en las montañas de Morazán, cuando él recién había decidido incorporarse a la lucha en el Frente Nor-Oriental Francisco Sánchez, luego de su experiencia con el grupo Cutumay Camones.
Durante los años que compartimos en esa zona de Morazán, siempre mantuvimos una amistad entrañable, una relación muy cercana, Paco trabajaba en las estructuras de prensa y propaganda que casi siempre tenían una ubicación próxima al campamento de la Radio Venceremos.
Fueron muchas las noches de tertulias, en las cocinas guerrilleras, haciendo café y escuchando a Paco sus historias fantásticas, sus bromas, o sus opiniones sobre el rumbo de la guerra.
Fui testigo del trabajo persistente, comprometido de Paco en las responsabilidades que él tenia a su cargo, como era la producción de pequeños folletos, realización de materiales didácticos para ser repartidos en las estructuras, dibujos, pequeños afiches que servían para la concienciación de la población y de los jóvenes en las zonas periféricas al frente de guerra.
Paco era una celebración a la vida, Paco era una celebración al ingenio. Tenia una rapidez mental para debatir, que era difícil rebatir sus argumentos.
Recuerdo a Paco Cutumay como un “demoledor de desesperanzas”, y un juglar de la guerra, con su guitarra él nos alegraba. Cuando estábamos cansados, cuando estábamos exhaustos luego de largas caminatas durante los operativos militares que la Fuerza Armada lanzaba contra nuestros territorios, era el momento en que muchos a veces flaqueábamos, a veces sentíamos que el cuerpo ya no nos respondía para continuar en todas las tareas que guerra nos demandaba y Paco sacaba su guitarra y su canto y su alegría y sus chistes de doble sentido. Nos daba una fuerza vital, sacaba a muchos de la desesperanza, sacaba a muchos de las depresiones momentáneas.
Eso era Paco, un canto de vida, un canto de tenacidad, un canto de esperanza.
Recuerdo la ultima vez que vi a Paco, me citó en un café del Boulevard de Los Héroes, en San Salvador, allí nos encontramos y me dijo: –Santiago, te traigo algo que he escrito para vos- Y de su bosillo empezó a sacar un papelito sumamente doblado y lo leyó.
Era un poema que él había escrito. Paco era un poeta de una ternura infinita, era un poeta que cantaba a las utopías de nuestro pueblo y de sus luchas. Recuerdo que era un poema que creo se llamaba El terco y sus museos. Y bueno era un poema muy generoso, que hablaba un poco de mi participación junto a Mariposa, su hermana, en la Radio Venceremos.
El poema hablaba sobre nuestros esfuerzos en el campo de la memoria histórica, que al igual que Paco, creemos que la memoria nos anima a seguir construyendo utopías, y que la memoria es un campo para la reflexión, no solamente sobre el pasado, sino nuestros problemas actuales, la memoria como trampolín hacia la construcción de un futuro de justicia como precisamente Paco lo soñó. Donde quieras que estés Paco, te seguimos celebrando.
Santiago.
-----------------------------------------------------------------
-----------------------------------------------------------------
EL TERCO Y SU MUSEO:
El Terco y su Museo es, en verdad, un gitano de la vida natural, no tiene espacio en la tierra y lo tiene todo en praderas; en el tiempo y en la osadía
El Terco muerde el silencio y construye monumentos donde nadie lo imagina, asi es él, hunde el cuchillo de su corazón y abre grietas hasta en el cemento.
El Terco, desde los 80 cabalga en tierras guanacas con su grito a acuestas e histórico como el de mi hermana Mariposa,
pareciendose a un jinete galopante en todo tiempo.
Santiago, que es el mismo terco del que escribo, fragua verdades historicas, en medio de un yunque y martillo, que de antes conoce.
Ve soles donde solo hay noches sin estrellas, se imagina luciérnagas en medio de la lluvia, avanza en la constelación del tiempo sin detenerse en la verdad que lo asecha, pero victorioso ahí va, con sus museos y su terquedad.
Al Terco no le importa la desnudez del tiempo en sus males, él sigue como un cándil parpadeante, en noche de fuerte viento en su tarea de no olvidar la memoria.
Al Terco, hace mucho que no lo veo, es difícil desde la tierra del garrobo hasta el valle de las hamacas, pero es mi chero de plan y laderas, por eso lo recuerdo mucho.
Paco. Suchitoto/96.
--
"La impunidad es garantía de la injusticia"...
"El silencio de las victimas es victoria para los asesinos"...
Por los descalzos sin pan, organización y lucha"...
"Paco Cutumay, esposos Manzanares-Monjarás, su crimen NO quedará impune!".
Mariposa.
--
"La impunidad es garantía de la injusticia"...
"El silencio de las victimas es victoria para los asesinos"...
Por los descalzos sin pan, organización y lucha"...
"Paco Cutumay, esposos Manzanares-Monjarás, su crimen NO quedará impune!".
Mariposa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario