4/5/11

El día de la Cruz y la Espada.


Según la tradición católica, una noche del 3 de mayo cercano al año 315, el asesino de cristianos, Flavio Valerio Aurelio Constantino, San Constantino, o Constantino el Grande, tuvo una visión, en la que creyó apreciar una cruz con unas letras que decían: In hoc signo vincis" (Con esta señal vencerás). Así fue: bajo el pretexto de esa señal descuartizó a miles de personas en lo que le restó su poder como emperador romano.

El 6 de agosto de 1526 en San Salvador, el imperio católico-español con don Diego de Alvarado a la cabeza, (criminal por excelencia) -que portaba un gran crucifijo en el pecho-, ante sus jubilosos compinches, y al grito de “viva dios y el rey”, levantó su espada en alto, en señal de haber aniquilado a nuestros antecesores cuscatlecos. Después de la matanza en la que por fin habían conquistado el territorio salvadoreño, cada 6 de agosto, en coincidencia con la fecha en que la Iglesia católica celebra la Transfiguración de Jesús, los vencedores sacaban a relucir la susodicha espada.

El 6 de Agosto y el 3 de mayo, para nuestros primeros antepasados vencidos, la espada y la cruz, representaban dos símbolos inequívocos del aniquilamiento cuscatleco. Con forme fuimos mestizandonos, nos acostumbramos a las tradiciones españolas. Ahora llegamos al masoquismo - como este día- de conmemorar los símbolos del aniquilamiento pipil.

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